3- Todo niño que por una u otra razón no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedirle al adulto de su preferencia que le cuente, siempre y cuando éste demuestre que lo hace con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.


4- Todo niño tiene derecho a escuchar cuentos sentado en las rodillas de sus abuelos. Aquellos niños que tengan vivos a sus cuatro abuelos podrán cederlos a otros niños que por diversas razones no tengan abuelos que les cuenten. Del mismo modo, aquellos abuelos que carezcan de nietos están en libertad de acudir a escuelas, parques y otros lugares de concentración infantil en donde, a su antojo y sin límites, podrán contar cuantos cuentos quieran.





5- Todo niño está en el derecho de saber quiénes fueron, por ejemplo, José Martí, Hans Cristian Andersen, Aquiles Nazoa, Horacio Quiroga, Gabriela Mistral y Javier Villafañe. Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de los niños todos los libros, cuentos y poesías de estos autores y muchos más.

6- Todo niño goza de plenitud del derecho a conocer las fáblas, mitos y leyendas de la tradición oral de su país. En el caso de los niños latinoamericanos, éstos tienen perfecto derecho a interesarse en nuestros relatos indígenas, afrolatinos y cuentos costumbristas, así como en toda aquella literatura oral creada por el pueblo.


7- El niño también tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos así como modificar los ya existentes, creando su propia versión. En aquellos casos de niños muy influenciados por la televisión, sus padres están en la obligación de “desconectarlos”, conduciéndolos por los caminos de la imaginación de la mano de un buen libro de cuentos infantiles, un juego o un relato, fruto de su voz y su afecto.


8- El niño tiene derecho a exigir cuentos nuevos. Los adultos están en la obligación de nutrirse permanentemente de nuevos e imaginativos relatos, propios o no, con o sin reyes, largos o cortos, lo único obligatorio es que estos sean hermosos e interesantes.






9- El niño siempre tiene derecho a pedir otro cuento y a pedir que le cuenten un millón de veces el mismo cuento.


10- Todo niño, por último, tiene derecho a crecer acompañado de las aventuras de “Tío Tigre y Tío Conejo”, o “Juan el Zorro y Tío Tigre”, de aquel caballo que era bien bonito, de la vaca que era muy estudiosa, del “Colorín colorado” de los cuentos y del inmortal “Había una vez…”, palabras mágicas que abren las puertas de la imaginación en la ruta hacia los sueños más hermosos de la niñez, y en consecuencia, un futuro de jóvenes y adultos íntegros, libres, felices.

(Cedido por el grupo de Cuentacuentos “Pantón” (Venezuela), en adaptación de Marcela Sabio)